Una actualización defectuosa del sistema Falcon de la empresa de ciberseguridad CrowdStrike provocó una de las mayores interrupciones tecnológicas globales en años. Millones de computadoras con Windows colapsaron simultáneamente, generando caos en aeropuertos, bancos, entidades gubernamentales y grandes empresas, con severas consecuencias en América Latina.
Todo comenzó a las 04:09 UTC, cuando un archivo de configuración mal generado (Channel File 291) fue distribuido globalmente. Este contenía un error de memoria tipo lectura fuera de rango que desencadenó la temida pantalla azul (BSOD) y ciclos infinitos de reinicio.
Impacto regional
En Argentina, los aeropuertos de Ezeiza y Aeroparque implementaron procesos manuales de embarque. El Banco Galicia reportó caída total de su sistema.
En Brasil, colapsaron cajeros automáticos, aplicaciones bancarias y servicios del Supremo Tribunal Federal.
En Chile, el Aeropuerto de Santiago registró demoras importantes, aunque LATAM Airlines descartó cancelaciones.
A nivel mundial, se estima que más de 8,5 millones de dispositivos Windows fueron afectados. En Estados Unidos, Delta Airlines canceló más de 7.000 vuelos, con pérdidas superiores a los 500 millones de dólares. La aerolínea demandó posteriormente a CrowdStrike.
Respuesta y consecuencias
CrowdStrike detectó el problema y lanzó una corrección en 78 minutos, pero miles de sistemas necesitaron reparación manual, especialmente en sectores críticos como salud, transporte y finanzas.
La empresa testificó en septiembre ante el Congreso de EE. UU., donde su CEO pidió disculpas públicas y prometió mejoras: implementación escalonada de actualizaciones, validaciones más rigurosas y posibilidad de aplazar despliegues por parte del cliente.
Se estima que las pérdidas globales superaron los 10 mil millones de dólares, convirtiéndolo en uno de los fallos más costosos en la historia de la ciberseguridad.
