En América Latina, las PyMES son cada vez más el blanco preferido de los cibercriminales debido a su menor inversión en ciberseguridad en comparación con las grandes corporaciones. Estos ataques incluyen desde ransomware hasta phishing, comprometiendo tanto datos críticos como operaciones clave. En países como Argentina, Brasil y México, estos ataques han generado grandes pérdidas financieras y operativas.
Ransomware como herramienta principal
El ransomware se ha convertido en el método más utilizado para atacar a PyMES, donde los delincuentes cifran los datos empresariales y luego exigen un rescate para su liberación. A menudo, estas empresas se ven obligadas a pagar debido a la falta de copias de seguridad adecuadas o estrategias de respuesta a incidentes. La recuperación de datos puede llevar semanas, afectando gravemente la continuidad del negocio.
Consecuencias a largo plazo
Además de las pérdidas financieras, muchas PyMES han enfrentado daños a su reputación, pérdida de confianza de sus clientes y posibles sanciones regulatorias por no cumplir con las normativas de protección de datos. Este tipo de ataques también ha impulsado una mayor adopción de soluciones de ciberseguridad en la región, aunque sigue habiendo una brecha significativa en la implementación.
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